quarta-feira, 15 de maio de 2013

“DESCENSO A LOS INFIERNOS”



“DESCENSO A LOS INFIERNOS”
 
CANTO I
Un temblor y al unísono...
En ritual mesiánico:
un águila su sangre derrama.

Con ígneo fuego...

Ungido por un celestial designio

en el abismo el pájaro irrumpe.

En silente eco

su estallido arroja
el corazón del universo.

Por confines del Hades
el advenimiento del pájaro.
Sangre redentora vierte
cual torrente que brama.

En solitario crepúsculo
bandadas de aves:
lavan las mercuriales alas
del hermafrodita pájaro.

Del Edén cae...
Semilla y dolor
es su profético parto.

En honduras abisales
el pájaro su entorno ilumina.
En el fuego de su espíritu
su viejo plumaje arde.

Trueno es su canto
que quiebra sus huesos
en el vacío de un oscuro arcano.
                                                                
En nocturno cántico
el águila cae al laberinto.

Desgarradas las carnes
del errante Serafín.
Clavada el águila:
 en la cruz de Azazel.                               

Las espinas, sus alas quebraron.
A su alma una sombría lluvia inundó.

¿En sangre la milenaria águila?
Cual bautismal cascada
el corazón del pájaro.

Al Averno el retorno eterno
del noctámbulo ermitaño.
                                                                          


Encadenadas las alas
del peregrino taciturno.

En dionisíaco arcano
Ungido como el coronado pájaro de los Avernos.

En llamas el águila
es el naciente Lucifer.

 

CANTO II

En los abismos el enigma se devela:
el Cordero y el león,
crucificados se avizoran
en el alma de la Serpiente.

Desde gélidas cumbres
en colosal vuelo el cóndor Belcebú.
Su plumaje sacude:
remecido por vientos que azotan
los nevados picachos del Averno.

Con sus garras el cóndor Panurgo
al Cordero y aguilucho:
los arroja cual peñascos
a hondonadas de sus valles.

En esos pastizales
...los aguajes de un pantano...
En las aguas aquellas
lava las pezuñas del león,
el dios muerto  antaño Lucifer.

Rotas las cadenas del león:
alas de aguilucho
sus entrañas heredan.

Cual ungidos olivos...
Un águila y un león
desde la eternidad aletean:
a la diestra  y siniestra
del glorificado Hijo.

Un rayo de luz
la manzana de Adán rompió.
En el fondo del fruto aquel,
cual feto que un cascarón triza;
irrumpieron:
un águila y un león.

En el Principio alquimias almas
el Verbo y el pájaro.
La mercurial ánima de un águila
al eterno fuego.
En primigenio oro:
transfigurado el  heredero pájaro.
Por la sangre de un ave
en la cruz derramada:
                               es Verbo con alas el águila.                               2

Volar a espesuras del Averno
el arcano del águila.

En las alturas el Padre...
A la cruz de la tierra
un ave destinó.

En el madero el pájaro fue el calvario:
arrojaron al barro su corona,
en el  fuego sus alas quemaron.

Mustia el alma en la cruz

un albo polvo sus huesos borró.

CANTO III

En sinfónico himno...
Por el Hades
     sus plumas se esparcieron.                                

Del cuello del águila
una Serpiente irrumpió.
Tal Culebra:
habitante solitario
de las llamaradas del Averno.

Tras la picadura de la Víbora
una agónica ave
de un Dragón sangre bebió.
Aquellos rojizos aguajes
reventaron las venas del plumífero.
Un corazón con alas
en pedazos al abismo...

Fue el Infierno:
alma y fuego en la cruz del pájaro.
¡Abba Abba! exclamó el águila:
cuando las espinas hundieron
las carnes de su cabeza.
Por heredar, los pecados del mundo
un ave sangra...

Como el naciente Elihu:
ungido el inmortal pájaro

El aguilucho voló
por los ventisqueros del Averno.
Sus alas rompieron
el séptimo círculo concéntrico.

La cósmica águila...
Con su tercer ojo de rapiña,
vio al Cordero encadenar
al príncipe Luzbel.
Tal Serafín:
viejo dios
del Antiguo Testamento.
                                                                  3
CANTO IV

Al pájaro engendró
con alas de agua
el Padre de la lluvia.

Por el Espíritu de los aguajes...
Cual torrentes de invierno
sus agitadas plumas.

Como hacedor de la obscuridad
el pájaro volaba por las rompientes del Averno.
Relámpagos eran sus alas
que en alborozado vuelo,
el Infierno rasgaban.

Encarnó en plumífero
con su alma de águila,
el hijo de las aves.
Para asumir pecados de la bandada
la sangre de Adán bebió del cáliz.

Con alas el Pheuma
sobre el pájaro desciende.
Ungido como águila coronada
por el Verbo del Padre.

Por romper...
Designios del Paraíso,
como rayo de luz:
un águila a los Avernos...

El pájaro
por la Palabra enviado...
Bautizar:
en agua y sangre
su profético arcano.

En honduras del Hades
errante luz el ave.

En la cruz desangra
por designios del Padre.

Por los pecados del mundo
agoniza el pájaro.

El suspiro último
con la estaca en un costado.

Cual hijo de las aves...
Arrojada el águila
a los infernales volcanes.
                                                                           4

 

 

 

CANTO V


Arderán sus plumas...
Su sangre:
como torrentes de un río
sus venas romperán.

¡Ah!..
El postrer estertor
de la encadenada alma.
El dionisíaco calvario
del mesiánico pájaro.

En erupción milenaria
el Verbo en sus venas.
¡Cual lanza en sus carnes!..
Y en sangre:
bautizada el águila..

Al Infierno caen
el águila y el Cordero.
Arrojados como copos de nieve
entre las llamas de los acantilados.
                                          
Para romper los siete Sellos
descienden a las simas del Averno.
Y del águila y el león,
del Crucificado y Elihu
sus arcanos develar.

En la cruz del humano dolor
¡cenizas!
las alas del pájaro.
En los tenebrosos infiernos...
Emerger como león desde el eterno fuego
el devenir de su sino.

Por los vientos...
De los ventisqueros del Hades
azotado:
el espíritu del águila.

En la pasión del madero
el taciturno pájaro.
Irrigadas sus plumas
en la sangre del firmamento.

¡Ah! vigilia del sempiterno vuelo...
¡Oh!... calvario del hombre en el pecado.
Crucificada el alma de Adán:
tras morder la Manzana
que Lucifer para él predestinó.


                                                                      5
¡Cual místico arcano!..
En cada canto del pájaro,
en cada temblor de sus plumas
revelados los enigmas del Averno.

Olivo ungido, el águila coronada...
Rodó por el Hades
y a la tierra ascendió,
para bautizar:
las semillas del postrer invierno.


 

(Del libro inédito:

“Canto de Transformación”)

 

César  Eugenio Vásquez López

(Poeta de Chile)

Derecho Intelectual:
108.115
Chile



A Contemporartes agradece a publicação e avisa que seu espaço continua aberto para produções artísticas de seus leitores.


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